Hay un dicho que reza lo siguiente: “En la guerra y el amor todo se vale”. En el enfrentamiento entre las naciones de medio oriente se ha visto que es cierto, pero por suerte ninguno de los bandos todavía se han lanzado una bomba nuclear. Aunque los israelís están ocupando algo similar. Y es que en los recientes cruces ellos han utilizado el fósforo blanco. Su nombre no suena destructivo, pero no se dejen engañar, aquello es algo venenoso que debe ser prohibido.
La Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades nos dice que “el fósforo blanco es un sólido ceroso que arde fácilmente y es utilizado en manufactura química y en municiones que emiten humo. La exposición a fósforo blanco puede causar quemaduras e irritación, y daño al hígado, los riñones, el corazón, los pulmones y los huesos, y puede, además, causar la muerte.”
Aviones de Israel lanzaron el alótropo en el distrito de Al Karama en el noreste de Gaza. Al tener contacto con el oxígeno, el componente molecular arde a grandes temperaturas, el cual, a diferencia de otras armas químicas, no se apaga con el agua. Aunque la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desee intervenir, no puede, pues las grandes potencias están de un bando u otro, dejar que alguien meta sus manos sería casi empezar la tercera guerra mundial, pues todos quieren salir victoriosos aun y cuando eso incluya sacrificar a personas inocentes.
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