Bien lo dijo Hugo Sánchez cuando empezaron los problemas en Chivas: “El futbol es la representación de un país”. A nosotros, en este deporte, ¿cómo nos ven desde fuera? Seguramente minúsculos y conformistas. Ahora, nos observarán de peor manera. ¿Por qué? Bueno, pues resulta que la salida del entrenador del Guadalajara no sólo se debe a las salvajadas de los deportistas de Verde Valle. Una información reluce que al serbio lo amenazaron personas pesadas del narcotráfico.
¿Quién haría eso? Si el futbol es sólo once hombres de cada equipo corriendo tras un balón, ¿qué tiene que ver una cosa con la otra? Algunos elementos de la plantilla “revoltosa” son amigos de gente peligrosa, quienes, se cuenta, fueron a contar a los matones como es que su preparador los trata.
Por este motivo es que el hombre de 45 años deja al rebaño. Con esta imagen nos ofrecemos al planeta futbolístico, con la maldad y poco respeto a las autoridades dentro de un plantel competitivo. Alguna vez Maradona comento: “La pelota no se mancha”, pero en nuestra nación la sangre no conoce de senderos.
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