El día que Javier Duarte pueda salir del Reclusorio Norte de la Ciudad de México tiene que ser aprehendido para que rinda cuentas ante un juez en Veracruz por el delito de desaparición forzada. Este criminal, exesposo de la que merece abundancia, robó a manos llenas; como el título de la película de Woody Allen, Duarte «robó, huyo y lo pescaron». Pues en un intento de que las órdenes de aprehensión en su contra no se hagan efectivas, Duarte le guiñó el ojo a Cuitláhuac García, quien al parecer no lo peló. Desesperado el recluso, ahora le echa porras a la zacatecana Rocío Nahle, ante la creencia de que ella será la próxima gobernadora de Veracruz.
Le manda esta cortesía Duarte a la zacatecana: «Rocío Nahle puede ser gobernadora de Veracruz porque la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos así la faculta por su residencia; y en el caso de obtener la victoria, ella no sería la primera gobernadora que no nació en Veracruz. Existen ejemplos conocidos como los de Don Fernando Gutiérrez Barrios, Patricio Chirinos Calero o Miguel Alemán Velasco, quienes fueron espléndidos gobernadores».
Habría que decirle al gordo Duarte que, a diferencia de la Nahle, los exgobernadores Gutiérrez Barrios, Chirinos y Alemán, tenían su acta de nacimiento emitida en Veracruz. La Nahle no, ella tiene un acta de nacimiento emitida en Zacatecas.
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