Hugo López-Gatell es un caradura, un descarado que busca obtener fuero ante la posibilidad de que la oposición llegue a ganar la presidencia o llegue a tener mayoría en el Congreso. Cualquiera de los dos escenarios enfrentaría a López-Gatell a una investigación por el mal manejo de la pandemia. Hay suficiente evidencia de la torpeza criminal de Hugo López-Gatell, suficiente evidencia de esa negligencia de la que hasta hacía alarde.
A pesar de ello, de la mala administración, de sus errores y torpezas, el señor quiere ser jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Sobre las críticas a esa candidatura, López-Gatell, cono toda la desfachatez que lo adorna declaró: «Por cada persona que está enojada por cómo se manejó la pandemia, o está enojada con este gobierno, hay 300 a 500 personas que están agradecidas».
Por supuesto eso está en sus sueños, en sus delirios de grandeza. Lástima que no se pueda preguntar a las 800 mil personas que murieron durante la pandemia. Porque esa es la cifra oficial de acuerdo con datos del INEGI. Claro, quedan las familias de esos muertos. ¿Por qué no preguntar a ellos?
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