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Rocío Nahle es más zacatecana que don Antonio Aguilar, pero insiste en gobernar a los veracruzanos

Dicen que el hambre tiene cara de perro, algunos creen que este dicho significa que cuando aprieta la necesidad no se puede reparar en pequeñeces o en escrúpulos. Eso lo saben muy bien, los dirigentes de Morena. O acaso cree usted que es pura casualidad que, en vísperas de las próximas elecciones, el presidente López Obrador salga anunciando que las pensiones Bienestar serán incrementadas y deberán ser pagadas cada mes, o quincenalmente. Al menos en el estado de Veracruz, los corifeos del gobernador Cuitláhuac García, ya tiene las alforjas preparadas.

Así lo deja ver su medio hermano incómodo, Eleazar Guerrero, quien demuestra su poder económico, haciendo reuniones tumultuosas, para poder vender su capital a la zacatecana Roció Nahle.

Sin embargo, lo que en verdad les preocupa, es que la zacatecana no hace clik con la gente, más aún, que sus propios competidores, como Sergio Gutiérrez y Manuel Huerta no se cansan de recordarle al respetable electorado, que la ex de la Sener, es más zacatecana que don Antonio Aguilar. Por lo pronto, ya hay preocupación en el bunker zacatecano.

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