En el mensaje explicó que los cuerpos fueron entregados a Julián Encarnación Montero, propietario de la “Funeraria La Popular”, con quien el hospital tiene un convenio. La función de la funeraria sería darles digna sepultura a los bebés fallecidos. Sin embargo, se llevó una fuerte sorpresa al enterarse que los cuerpos estaban en una bolsa de plástico. Al intentar interrogar al propietario de la funeraria se deslindó de toda responsabilidad.
En la entrevista dijo que el chofer de la funeraria entregó los cuerpos a personal del cementerio como habitualmente lo hacen. El caso generó indignación debido a que los bebés sin vida merecen tener digna sepultura. Entre los relatos que surgieron al respecto señalan que en muchos casos los padres de estos bebés que fallecen en el hospital no cuentan con la economía suficiente para sepultarlos y optan por dejar los cuerpos en el nosocomio.