Sergio González Levet / En los dos “Sin tactos” anteriores, con la ayuda de las sabias orientaciones del politólogo Renato Alarcón Guevara (alumno distinguido de su generación en la Universidad Iberoamericana), me he estado ocupando del menudo lío que tiene ante sí el Frente Amplio por México para determinar a quienes serán los candidatos para los 20,246 cargos de elección popular que se dirimirán en la súper elección del 2 de junio de 2024. Esas candidaturas van desde el Presidente de la República (que será Presidenta), pasando por los gobernadores de nueve estados, todos los senadores y los diputados federales, los diputados locales de 30 entidades federativas, más de 2 mil presidentes municipales y así hasta llegar al más modesto regidor del municipio menos poblado de México.
Tienen que ser 10,123 mujeres y 10,123 hombres. Y tienen que repartirse proporcionalmente entre los tres partidos del Frente: PAN, PRI, PRD.
En la coalición de Morena y sus aliados, el PT y el PVEM, no hay mayor problema, porque no enfrentan la necesidad de negociar cualquier modificación de nombres de aspirantes; solamente van con Andrés Manuel López Obrador, él señala con su dedo quién va, y todos se alinean ante el Patriarca.
Pero en el FAM se tienen que poner de acuerdo los partidos, más de cien organizaciones ciudadanas… y Xóchitl Gálvez, que no por nada es la candidata por su propio esfuerzo y presencia.
Y lo primero que deberán formular -me dice mi gurú electoral- será el método con el que resolverán todos los problemas y las incidencias que se vayan presentando. La coordinadora del Frente ha declarado que con ese objetivo está elaborando un manual que pondrá a consideración de todos los integrantes. Como ella es ingeniera en Sistemas Computacionales, seguramente presentará un algoritmo matemático complejo que indique caminos posibles para salir del embrollo.
Lo cierto es que como se llame o lo que sea -método, manual o algoritmo- será indispensable que todos los involucrados en las decisiones del Frente acepten ajustarse a lo que prevea o proponga aquel instrumento de conciliación y de remedios.
Ésa es la única vía para que se solucione el sudoku electoral que deberán resolver los partidos de oposición y los ciudadanos también de oposición integrados en el Frente Amplio por México.
En verdad que les esperan muchas noches de vela, muchas discusiones y argumentaciones, muchas desesperaciones y muchos logros antes de que lleguen al resultado final, que tiene como premisa sine qua non que se mantenga la unidad de todos los involucrados, que son tantos y tan dispares.
Pero todo es por rescatar a la nación amenazada.
Bueno, y como no pienso asistir al grito del Gobernador en Xalapa ni ver el presidencial en la televisión, desde aquí dejo dicho a mis compatriotas:
¡Viva México!
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