Desesperada por no saber la enfermedad que le causaba estos malestares a su niño, lo llevó a un especialista. Sin fortuna, recorrió varios doctores; 17 expertos lo checaron, pero nadie daba una respuesta concreta. La solución para el niño estaba en una entidad informática que al ver todo su historial médico daría el diagnóstico acertado.
La madre usó ChatGPT para salir del laberinto de dudas compartiendo estudios y resonancias magnéticas de su cría. La IA arrojó que el chico sufría de médula anclada. Esperanzada por la respuesta generada, acudió a un hospital donde se dio el beneficio de la duda y con el tratamiento para la médula anclada el enfermo ahora está sanando. ¡Asombroso!