Sin embargo, y a pesar de que con una mano acaricia y con la otra, clava la daga de la traición ofreció que continuará invitando al excanciller a quedarse en Morena, pero advirtió que lo hará «hasta el límite de la dignidad».
Después de describir en conferencia todo el proceso de seguridad para las encuestas, el traslado de los paquetes, la revisión, el conteo de las boletas y la anulación de todo caso que contenía alguna irregularidad, afirmó que «fue un ejercicio exitoso, se logró proteger la voluntad y la decisión de la gente, que era nuestro máximo objetivo, que nada ni nadie pudiera interferir en la voluntad del pueblo y creo que se logró, ampliamente está demostrado». Pues con esas declaraciones, Marcelo ya desde ace rato, debería estar haciendo maletas para dejar a Morena.
