Arturo Reyes Isidoro / Hasta donde sabe este columnista, hasta antes de que prácticamente rompieran y mientras fue funcionario de su gobierno, Marcelo Ebrard era el primero que llegaba al Palacio Nacional para reunirse con el presidente, previo a la conferencia mañanera.
Con esto quiero decir qué no sabe de los asuntos internos oficiales el excanciller y qué no le sabe a ¿su ex amigo? el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Hoy sus relaciones prácticamente se rompieron, Marcelo lanzó un ultimátum a Morena (al presidente): o se repone el proceso para elegir al candidato presidencial de Morena o me voy del partido.
Es obvio que Andrés Manuel no va a permitir que se dé marchas atrás, menos cuando ya le entregó el bastón de mando a su hija política putativa Claudia Sheinbaum, y eso seguramente Marcelo ya lo sabe, luego entonces, lo que Ebrard está buscando es que le den el buen pretexto para irse, pero en calidad de ofendido.
Sigue siendo una incógnita hasta dónde va a llegar, pero si él quisiera, en venganza porque le jugaron “chueco” (para usar un término del vulgo), podría revelar cosas que sabe, que no dejarían bien parada a la administración obradorista.
Creo, sin embargo, que Marcelo tiene un límite ético y sabrá ser reservado en las cosas a las que tuvo acceso y no habrá de abrir la boca, pero en cambio no creo que cuando tenga que hacerle alguna crítica a Sheinbaum se vaya a detener.
Hoy Ebrard ya no tiene nada que perder en el terreno político y estirará la liga hasta que se reviente, si es necesario. Ayer, al anunciar una gira por todo el país a partir del día 18, dejó muy claro que sigue siendo parte de Morena, y con eso dijo todo. Me atrevería a citar el dicho de que no hay borracho que coma lumbre.
Lo cierto es que al presidente el proceso se le complicó, y habrá que esperar a que regrese de su gira por Sudamérica para saber si toma represalias contra Marcelo por haberse rebelado, por habérsele rebelado.
Ayer, en comunicación con quienes apoyaron a Marcelo, confirmé lo que ya sabía por otras expresiones: muchos apoyarán ahora a Xóchitl Gálvez, pero no a Sheinbaum. No les despierta simpatías ni le ven cualidades para ser presidenta. Habrá voto de castigo, pues.
El Carón, el Gamba, el Boliche
Juan Javier, El Carón, el Gamba o El Boliche. El día que se retire del Congreso local –es ahora diputado y presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo)– ese va a seguir siendo Juan Javier Gómez Cazarín, o El Carón, o el Gamba o El Boliche, como usted lo conozca o le diga.
“Yo seguiré siendo el mismo. Seguiré siendo yo. Seguiré siendo feliz”. Él mismo no tiene empacho en hacer públicos sus sobrenombres o apodos.
Pocas veces un político, más, un titular del Poder Legislativo (en los hechos lo es, aunque no presida la Cámara de Diputados) ha hecho públicos sus planes para cuando llegue la hora de dejar su función, en su caso, su alta responsabilidad.
Lo sorprendente es que, por lo que dice, no se ve o no se proyecta en un nuevo cargo público y menos de relevancia, o por lo menos no lo presume ahora cuando se podría pensar o creer que le podría esperar un futuro promisorio político.
Me llamó la atención el largo texto que publicó el pasado 31 de agosto en su cuenta de Facebook por lo que dijo y cómo lo dijo, con un lenguaje nada rebuscado, lo más sencillo posible, más como el de un hombre de pueblo, cómo él lo es (oriundo de Hueyapan de Ocampo) que como el político que usa frases rimbombantes o lenguaje demagógico para lucirse o adornarse.
¡Él sí estuvo en el informe de AMLO, sin ser el Gobernador!
En realidad, lo que pretendía era presumir que había recibido una invitación del presidente López Obrador para estar en su quinto informe de gobierno, que fue en Campeche (donde el presidente del Poder Legislativo –de la Junta de Gobierno y Administración– ¡es su hermano Alejandro!), ceremonia en la que estuvo, no así el propio gobernador Cuitláhuac García Jiménez.
Si se quiere (una interpretación libre mía) ante ese hecho reaccionó como el muchacho del pueblo que se alegra por una invitación de un alto personaje o autoridad; como se reacciona en los pueblos. “Obviamente fue una alegría enorme”, apuntó. “Acompañar a AMLO en esta fecha tan especial es una de las satisfacciones más importantes para mí”.
Cómo no iba a serlo. Qué lejos cuando era vendedor de coches –titular de la agencia– de la Volkswagen en Coatzacoalcos y luego en Monterrey, donde cobró fama como muy buen vendedor pues entró con éxito a parte del mercado norteamericano, el de la frontera (poco se sabe que su jefe, en el terreno empresarial, fue el hoy alcalde de Orizaba, Juan Manuel Diez Francos).
Reconocido por unos, criticado por otros, por esas circunstancias de la vida y de la política, de pronto, a partir de 2018, de pronto se convirtió en el titular de la Jucopo en dos legislaturas consecutivas, cosa que ningún otro veracruzano había logrado.
Él mismo narra el vuelco que dio la vida en su caso: “Les voy a contar algo: más o menos en 2016 conocí el Congreso del Estado por primera vez. Mi papá, Juan Jona, era
Tesorero Municipal y tenía que ir al Congreso a entregar una documentación. Me pidió que lo trajera en mi carro y, de paso, que lo ayudara a cargar unas cajas con carne de Chinameca, que le venía a regalar a la diputada María del Carmen Pontón Villa (panista), que lo había ayudado a gestionar la mejora de unos caminos en Hueyapan de Ocampo.
Mientras mi papá estaba con la Diputada, yo aproveché a recorrer el Palacio Legislativo. Así llegué al Salón Lerdo de Tejada, donde había acabado un evento. Me metí y me tomé una foto para el recuerdo, como turista. Nunca me hubiera imaginado que dos años después iba yo a regresar como Presidente de la Junta de Coordinación Política y que lo iba a ser por dos periodos consecutivos”.
Lo que me llama la atención es que no se asume con un cargo en la próxima administración, de llegar a la gubernatura Rocío Nahle, a la que ha apoyado en forma abierta sin titubear jamás, aunque tendría posibilidad.
“Me toque o no seguir con un puesto público, no importa: seguiré siendo cuitlahuista y apoyaré con Tokiio (con todo) a Rocío Nahle, que es la única que puede seguir consolidando la transformación en Veracruz…. Por eso, se los vengo diciendo desde hace muchos meses: recuerden, Chío es la buena”.
Sin duda, actúa con cautela. El columnista sabe que ni a él ni a alguna otra persona Rocío Nahle le ha ofrecido un cargo concreto de llegar a la gubernatura, aunque se pensaría que si llegara al poder la zacatecana le agradecería su apoyo con algún cargo. Pero él se prepara, como se aconseja que se debe hacer en política ante la proximidad de cambios, para lo peor, que si llega lo mejor, cuál sufrir.
Para nadie es un secreto que Juan Javier tiene seria diferencia política con el secretario de Gobierno Eric Cisneros, porque nunca aceptó sometérsele ni rendirle cuentas a él, sino solo al gobernador. Su vida también dio otro vuelco cuando logró desplazar a Cisneros como operador de Nahle. Le ha ganado la partida, hasta ahora.
Nuevo programa de Sergio González Levet
El reconocido periodista veracruzano Sergio González Levet, mi compañero de estudios en la Facultad de Letras de la UV, inició ayer lunes un programa semanal de entrevistas que se transmitirá en NV TV.
Sergio charló ayer con el ex dirigente estatal del PRI de Veracruz Renato Alarcón Guevara. El tema no pudo ser más actual e interesante porque bordaron sobre la selección que se avecina de más de 2 mil candidatos del Frente Amplio por México.
Le deseo todo el éxito a mi compañero.
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