Francisco Vargas / Al menos desde hace seis meses atrás, era ya más que obvio quien sería la candidata a la presidencia de la República por Morena, la cargada de propaganda, publicidad y mercadotecnia política por parte del propio partido oficialista, la mayoría de los Gobernadores morenistas, e incluso del Gobierno federal por medio de la Secretaría de Bienestar, donde se comprobó que se utilizaron no sólo los recursos que el partido asignó a los aspirantes para sus giras, sino que particularmente en el caso de Claudia Sheibaum, hubo un apoyo del Estado monumental y descarado, utilizando a las bases del partido y hasta obligando a los trabajadores de dependencias estatales de los gobiernos de la 4T para acarrear decenas de personas a los eventos específicamente de Claudia.
Todo este inmenso y descarado apoyo oficial hacía Sheibaum no podía haber sido ordenado por nadie más que por el jefe máximo de la secta: El Presidente de la República, por lo que Marcelo, en su inocencia o ignorancia política, quiso participar en un juego que desde un inicio estaba definido, en cuanto Sheinbaum se separó del cargo como Jefa de Gobierno.
De igual manera Adán Augusto, Ricardo Monreal y hasta Noroña y Velasco lograron notar e incluso denunciar la evidente ausencia de “piso parejo” entre Claudia y todos los demás aspirantes a la Coordinación de la 4T, es decir a ser candidato Presidencial.
¿Por qué el Jefe Supremo eligió a una mujer desconocida e impopular por encima de su más antiguo, leal aliado?
La respuesta es simple: su desconfianza, Andrés Manuel ve en Marcelo un hombre capaz, inteligente, astuto, con experiencia, diplomacia y sobre todo independencia (algo de lo que carece Claudia), Marcelo era el único aspirante que si garantizaba, con base en las estadísticas, una rotunda victoria en 2024 frente a la oposición, e incluso alcanzar una mayoría calificada en el Legislativo igual o superior a la alcanzada por el propio AMLO en 2018, todo eso se esfumó el pasado miércoles con la imposición de la ahora precandidata Claudia Sheinbaum, por lo que habrá que esperar en los próximos días la decisión del futuro político de Ebrard y los muchos simpatizantes que hay detrás de él.
El propio López Obrador prefirió elegir a una candidata muy leal y sumisa, pero que no tiene ni la mitad de las habilidades necesarias para llegar a ser Presidenta, por lo que en el fondo sabe, que hacerla llegar la Presidencia costará al menos el triple de lo que hubiera sido para Marcelo e incluso para cualquier otro de los tres aspirantes más.
Con ello se abre una nueva brecha más para que la oposición de la mano del “efecto Xóchitl” logre ahora no solo competir, sino ganar la Presidencia de la República.
El haber pavimentado todo el camino para que Claudia Sheinbaum terminará siendo candidata presidencial, es sin lugar a dudas, la peor decisión política de López Obrador, que pone en riesgo su sucesión presidencial y abre una posibilidad real para la alternancia en 2024.