Marcelo Ebrard dice: «Me queda claro es que en Morena no tenemos espacio». ¿Entonces en dónde? ¿Se va a MC o al Frente Amplio?

Marcelo Ebrard Casaubón FOTO: WEB

El problema de Marcelo Ebrard es que muy temprano abrió la bocota para decir que él no buscaría ser el candidato presidencial de otro partido, sólo de Morena. Marcelo Ebrard, para quedar bien con López Obrador le hizo el fuchi a Movimiento Ciudadano y al Frente Amplio. Vale recordar que en algún momento, antes de que surgiera Xóchitl Gálvez en el panorama electoral, los miembros de la Alianza por México le hicieron guiños a Marcelo; y es que para todos quedaba claro que la candidata de López Obrador sería Claudia Sheinbaum. Todos lo veían así, hasta el mismo Marcelo Ebrard. Sin embargo, Ebrard siempre guardó la esperanza de que López Obrador se acordara de todo el apoyo que le brindó cuando el movimiento de AMLO moría de inanición.

Tarde se da cuenta Ebrard de que López Obrador no tiene palabra, no tiene escrúpulos, no tiene lealtad a nadie. Necesita López Obrador un monigote en la presidencia al que pueda mover a su antojo, un monigote que le garantice un manto de impunidad a los hijos que han sido el centro de la corrupción y el influyentismo en su gobierno. Marcelo no podía ser ese monigote, sólo Claudia Sheinbaum llenaba los requisitos.

Ahora Ebrard dice: «Me queda claro es que en Morena no tenemos espacio». ¿A dónde irá? ¿A Movimiento Ciudadano para hacerle más gordo el caldo a López Obrador? ¿Al Frente Amplio donde se arriesga a que la FGR le abra algún expediente? Porque otra cosa sabe Ebrard, AMLO, como Pedro Páramo, es un rencor viviente.

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