Los que construyeron Plaza Ánimas en el paso de ese torrente pasaron por alto que debieron crear una obra hidráulica eficiente y de gran calado para que el agua, que tiene memoria, volviera a cursar los mismos terrenos. Pero no se hizo, mejor se hizo un estacionamiento en el sótano, justo por donde pasaba el torrente. La consecuencia es que ahora, cada que hay una gran tormenta en Xalapa, que es casi anual, ese estacionamiento se inunda, dejando anegados varios vehículos de los clientes que acudieron a comprar a la Plaza Ánimas.
Ahí están los videos, las fotos, los testimonios. El agua rebasa el cauce del río que corre por abajo y que va a dar a los lagos de Las Ánimas, y se va a buscar esa hondonada que ahora es estacionamiento. Decenas de personas que no pudieron sacar su auto a tiempo ahora se preguntan: ¿Quién va a pagar por todo esto?