Como bien dice el periodista Raymundo Riva Palacio, Marcelo no se estaba dirigiendo a Claudia Sheinbaum, tampoco se estaba dirigiendo a Mario Delgado, presidente de Morena, Marcelo Ebrard se estaba dirigiendo al presidente López Obrador. Desde un principio Marcelo Ebrard advirtió que, si le hacían una chicanada en el proceso de selección, él se abriría. A Marcelo Ebrard no le hicieron una ni dos ni tres, le hicieron varias chicanadas.
Al denunciar la tarde del miércoles las anomalías en el proceso de selección Ebrard se mete en un embrollo, o renuncia a Morena, o queda como un pusilánime al que el presidente logra amansar con la promesa de alguna senaduría plurinominal. Marcelo se encuentra en el jardín de senderos que se bifurca, tiene en su mano una decisión que puede cambiar el rumbo de la elección de 2024.