Bernardo Gutiérrez Parra / Los 13 cercenados encontrados en Poza Rica pueden hacer talco los deseos del gobernador Cuitláhuac García y del presidente López Obrador, de que Morena siga gobernando en Veracruz después del 2024. El macabro hallazgo colmó la paciencia de una ciudadanía harta de tanta violencia y cuya gran mayoría ya quiere que los morenos se vayan.
Y quizá su sueño se haga realidad.
El periodista Carlos Loret comentó en su columna de este miércoles, que una encuesta ordenada por Andrés Manuel arrojó que no tendrá mayoría en la próxima Legislatura y que Veracruz, Puebla y Jalisco están perdidos para Morena. Y guste o no, Carlos es uno de los periodistas mejor informados del país, tanto que el presidente no salió a desmentirlo y mucho menos a denostarlo.
¿Pero, qué tan atinada resultará la encuesta?
Veamos.
Si Veracruz era un caos antes de que Cuitláhuac llegara a la gubernatura, a partir del 1 de diciembre del 2018 se ha convertido en algo muy parecido a un infierno. Desempleo, desabasto de medicamentos, rezago agrario y educativo; feminicidios, asesinatos dolosos, masacres, desapariciones, cercenados, inseguridad, secuestros y extorsiones han sido el sello de este gobierno.
A lo anterior hay que agregar los desatinos e incapacidad del propio Cuitláhuac que lo han ubicado en repetidas ocasiones como uno de los peores gobernadores del país.
Todo en conjunto ha provocado un rechazo general a su gobierno y a Morena. Y como dije ayer, esto lo cargará como un lastre quien resulte candidata o candidato de ese partido a la gubernatura.
Pero en este punto no te creas lector que los aspirantes ayudan mucho. “Son tan rufianes que solo les falta el numerito sobre el pecho” me dijo alguien.
De la lista de ocho aspirantes solo quedan tres finalistas: Rocío Nahle, Manuel Huerta y Eric Cisneros. Una es pésima, el otro es un garañón y el tercero es indeseable. Es decir, son garantía de una estrepitosa derrota.
Rocío no entregará Dos Bocas refinando. Si bien le va, el complejo comenzará a refinar crudo hasta el 2025. Y su costo total superará los 23 mil millones de dólares; casi el triple de los 8 mil millones presupuestados originalmente. Y no estoy hablando por mi cuenta, tomé la información de expertos.
Nomás por ese lado la zacatecana estará perdida como candidata. Y por el otro también, porque se ve muy difícil que la premien con la candidatura si deja ese multimillonario tiradero.
Manuel Huerta Ladrón de Guevara es el más obradorista de los tres y amigazo del tabasqueño. El problema de este garañón es que lo persiguen las mujeres… con señalamientos por acoso, hostigamiento y violación sexual. En ese sentido y políticamente hablando es el aspirante más débil y por ahí lo van a tundir sus adversarios.
Y Eric Cisneros es el malquerido, el repudiado y el indeseable. Y con eso está dicho todo.
Si Veracruz fuera un estado próspero y seguro, Morena ganaría hasta con una vaca como candidata, pero así como están las cosas y con esos aspirantes, su derrota está casi asegurada.
¿Es que acaso no hay otros gallos? Sí, al menos un par y mejores que los tres mencionados: Zenyazen Escobar, titular de la Secretaría de Educación y el doctor José Luis Lima Franco, Secretario de Finanzas. Pero a pesar de que Andrés Manuel sabe de ellos y del buen trabajo que han realizado, ni siquiera los ha volteado a ver.
Otro buen candidato sería el alcalde de Xalapa Ricardo Ahued mencionado con insistencia los primeros años del obradorato para suceder a Cuitláhuac.
A pesar de que hasta hace unas semanas reiteró por enésima ocasión que no buscaría la candidatura, todo mundo da por descontado que si se lo pide López Obrador accederá. Pero así como están las cosas, Ricardo sabe que aceptar tamaña encomienda sería casi un suicidio. Y no creo que tenga la menor intención de suicidarse.
¿Y Sergio Gutiérrez Luna?
Será un milagro si lo nombran candidato y de ser así pondrá a temblar a Cuitláhuac, Rocío y Eric que son sus enconados enemigos y contra quienes irá penalmente si resulta gobernador. De ahí que López Obrador lo tenga como su plan Z; hasta allá, bien atrás.
Lo cierto es que un muy mal gobierno, una pésima administración, la falta de autoridad para inhibir la violencia y un deplorable candidato o candidata, podrían hacer el milagro de que Morena se vaya de Veracruz.
Y si a esto le agregamos que los veracruzanos están invitando en las redes a no votar con la víscera para no volver a equivocarse, la combinación puede ser perfecta.
Veremos lector, veremos.
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