Las posturas antípodas que han mostrado tanto actores políticos como los encargados de los libros texto, solo reflejan un interés político, en ningún momento se ve el interés supremo de los niños y adolescentes mexicanos de recibir libros de texto, que los capaciten, eduquen, y enseñen dentro de un marco de respeto por los derechos y valores familiares. Es necesario que tanto autoridades como actores políticos, dejen de lado sus intereses y privilegien el interés por los alumnos.
Aunque conociendo el talante de cada uno, lo más probable es que exista soberbia y cerrazón, especialmente por los encargados de la edición de los libros, ya que, reconocer los garrafales errores en los libros, sería reconocer que se equivocaron.
Por otro lado, actores políticos como Marko Cortez, líder panista, no se puede perimir, dejar pasar este frente, para golpear al presidente López Obrador y su gobierno. De manera que, se requiere, humildad, voluntad, para resolver el tema de los libros de texto. Aunque conociéndolos, será difícil que cambien de postura.
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