Arturo Reyes Isidoro / El pasado 13 de julio, al término de la visita de Claudia Sheinbaum al estado, la titular de la Oficina de Programa de Gobierno, Waltraud Martínez Olvera, publicó una fotografía en la que se ven todos los integrantes del gobierno, se supuso que para dar muestra de unidad en el cuitlahuismo.
Aunque titular de un poder autónomo, sentado en el piso, cruzado de piernas, se ve a Juan Javier Gómez Cazarín, y parado, en una fila atrás del gobernador, a Eric Cisneros Burgos, o sea, distantes, juntos, pero no revueltos. Una persona de Morena cercana al grupo, me dijo: sabe, no se la crea. No hay tal unidad. Todos andan contra todos.
Hecho menor exhibe descomposición política en el gobierno cuitlahuista
La noche del sábado 22 de julio, la policía estatal detuvo a Juan Pablo Cazarín Nieves, empleado del Congreso local, y lo puso a disposición de la Fiscalía General del Estado.
De acuerdo a la ficha del Registro Nacional de Detenciones, el arresto ocurrió en el panteón municipal de Hueyapan de Ocampo, donde se encontraba ingiriendo bebidas alcohólicas (andaba en short, playera y sandalias).
Fue la propia fiscal general del estado, Verónica Hernández Giadáns, quien confirmó la detención e informó que lo había remitido a la subsede de la Fiscalía General de la República en Cosamaloapan, ya que portaba un arma (una pistola) de uso exclusivo del Ejército, lo que constituía un delito federal.
Hasta ahí, todo normal si no hubiera sido porque el detenido resultó ser familiar del coordinador de la bancada de Morena en el Congreso local, Juan Javier Gómez Cazarín, presidente además de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), en los hechos el titular del Poder Legislativo, y de ribete el verdadero coordinador político de la aspirante de Morena a la gubernatura, Rocío Nahle.
Atinada reacción de Juan Javier Gómez Cazarín
Me llamó la atención la reacción que tuvo el diputado. Salió a decir que “ni mis amigos ni mis parientes más cercanos pueden estar por encima de la ley, ésta se tiene que aplicar parejo a cualquier ciudadano que actúe de manera incorrecta”.
Reconoció que el detenido es su pariente en grado lejano, pero comentó que eso no implicaba que lo solapara o defendiera ante los señalamientos que le hacían y que incluso había ordenado que le dieran de baja en el Congreso luego de que fue consignado.
Reiteró su compromiso con la legalidad y exigió que la ley se aplique sin distingo de apellidos o posición social a cualquier ciudadano que incurra en algún acto ilegal, “porque así debe ser en el Veracruz de la transformación”.
Dejó en claro que, al igual que en este caso, no habría de encubrir o proteger a ningún amigo, conocido o familiar, porque “la justicia no se negocia, se debe aplicar parejo”.
Intachable, sin duda, su reacción. Nada de baladronadas. Muy propia de la alta responsabilidad que tiene pero, por las circunstancias actuales, la mejor, políticamente hablando, pues nada ayuda más a la imagen de la aspirante para quien trabaja que mostrarse, ella y los suyos, ante la opinión pública como respetuosos de la ley y ajenos al influyentismo y al uso y abuso del poder.
Me quedó la duda. ¿Acaso es delito alterar la paz de los sepulcros? Porque eso es lo que estaba haciendo Cazarín Nieves. Emborracharse, muchos lo hacen y no cometen ningún delito por ese hecho. Traía, pistola, sí, y por eso lo castigaron. ¿Peligroso? No se me hace alguien que en short, playera y sandalias se va a tomar al panteón, aunque siempre cabe una posibilidad.
División y falta de control político del Gobernador
Lo ocurrido, aparte lo del parentesco, parece un hecho menor como traer una pistola, se supone que para seguridad personal, cuando la delincuencia se pasea a la vista de todos con armamento de alto poder sin que nadie la toque, pero lo he retomado porque en el fondo subyacen varias implicaciones, tal vez la principal la grave división, incluso la descomposición que hay en el gobierno cuitlahuista, la total falta de control político del gobernador Cuitláhuac García y el poder sin límites que demuestra un empleado de segundo nivel como es el secretario de Gobierno Eric Cisneros, en los hechos quien verdaderamente gobierna en Veracruz.
Por “usos y costumbres”… políticas, ese asunto se pudo haber resuelto en forma “doméstica”. Sabiendo de quién se trataba el detenido y pariente de quién es, de alguien “de casa”, el secretario de Seguridad Pública pudo haber ordenado su libertad previa notificación de lo ocurrido al presidente de la Jucopo y con ello haberle vendido el favor.
Se antoja difícil no creer que enseguida de la detención no se informó al titular de Seguridad Pública. Pero este prefirió lavarse las manos y se lo pasó a la fiscal. Ella pudo haberse hecho también de la vista gorda y entregarlo al diputado, igual, vendiéndole el favor. Pero también se antoja difícil, casi imposible, no creer que teniendo pieza tan valiosa en sus manos no le notificó a su protector el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, quien en lugar de informarle al gobernador, el que hubiera ordenado que lo dejaran en libertad, ordenó a su subordinada que no lo soltara y lo pusiera a disposición de autoridad federal, ante la que, cuando se hubiera enterado, el gobernador no podía hacer nada.
Más allá de la evidente ilegalidad cometida por el detenido, por cargar con un arma, a nadie le quedó duda que la acción se trató de una venganza política de Cisneros contra Gómez Cazarín porque este lo desplazó de la preferencia y de la coordinación política de las actividades de Rocío Nahle, quien por capricho del presidente López Obrador se encamina a la candidatura de Morena al gobierno del estado.
Figura solo decorativa, como un florero
De nuevo, en medio de todo esto, se demostró una vez más que el gobernador Cuitláhuac García Jiménez juega el papel de una figura decorativa, de un florero, pues en aras de la unidad del morenismo, cuando se acerca la gran fecha de 2024, hubiera ordenado la libertad del pariente incómodo, pero la acción de la fiscal ipso facto poniéndolo a disposición de la FGR lo dejó como el chinito, solo “milando”.
Es previsible que haya un daño colateral político como consecuencia: el distanciamiento o enfrentamiento entre Nahle y el gobernador, pues la zacatecana seguramente no va a dejar desprotegido a su principal operador político, quien pese a todo y contra todo se ha mantenido fiel a la causa nahlista, y lo ha dicho en repetidas ocasiones, pero también lo ha demostrado con hechos lo mismo descartándose para buscar la candidatura que yendo –y llevando a otros funcionarios con él– a ponerse a la orden de la secretaría de Energía en su residencia de Coatzacoalcos.
Cisneros le jugó con deslealtad a su exjefa política
Su actitud contrasta con la de Cisneros, quien primero actuó, usando su posición en el gobierno, como el operador de la senadora con licencia, en realidad un pretexto que usó porque al mismo tiempo empezó a crear su propia estructura para disputarle la candidatura y hoy tiene saturado el estado con propaganda para promover su imagen, o sea, le jugó con deslealtad, y eso en política se paga y caro.
Si Nahle resulta finalmente la candidata, Eric tendrá sellado su destino, y con él la fiscal. Si el gobernador no ha hecho hasta ahora nada por evitar la confrontación y la agresión de uno a otro, menos lo podrá hacer a medida que se acerque el final cuando irá perdiendo cada vez más fuerza política, si es que alguna vez la ha tenido y manejado él.
De cara al futuro no muy lejano, Gómez Cazarín lleva ganada la partida, aunque de aquí a que se determine la candidatura de su partido a la gubernatura cabe esperar una carnicería política por la actitud vengativa con la que actúa Eric y porque usando a la fiscal ha ordenado encarcelar a los allegados a Juan Javier, quien ya demostró que tiene temple para aguantar y neutralizar las embestidas de su enemigo político.
La foto de Waltraud, en efecto, es solo de apariencia.
Comentarios