De acuerdo con información de Paradise, en esa cadena de tiendas «se ofrecen productos como aceites, bálsamos, cosméticos, proteínas, entre otros, que regulan el dolor, desinflaman, tratan el insomnio, alivian la ansiedad, aceleran la curación de huesos, además de artículos y accesorios relacionados con su uso recreativo como bongs, pipas, grinders y papeles de liar». Supuestamente todo es legal, todo está en orden. Para octubre de 2022 Fox ya estaba abriendo su segunda tienda; en unos cuantos meses abrió en la Ciudad de México una media docena de esas tiendas.
Sin embargo, ahora que Fox se ha hecho notorio y que lloriquea porque no le alcanza el dinero para su seguro médico, la Comisión de Operación Sanitaria (COS) clausuró una de sus tiendas en la alcaldía Benito Juárez. De acuerdo con información de la COS se aseguraron «más de mil 811 objetos que contienen CBD, semillas de cáñamo, así como extractos de cannabis y otras sustancias de las cuales no se tiene evidencia de seguridad, calidad u origen de fabricación».
Paradise tiene 25 sucursales en todo el país y seguramente comercian los mismos productos, en las mismas condiciones, con los mismos permisos. Pero ahora resulta que Fox en sus tiendas de cannabis son un riesgo a la salud de compradores y de la población. ¡Así, nada más de repente! Eso le pasa a Fox por hacerse tan visible, eso le pasa por hocicón.
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