Gabriel García fue, durante la mitad del sexenio de López Obrador, un coordinador General de Programas Sociales. Fue uno de los hombres más cercanos al presidente hasta que en 2021 cayó de su gracia cuando el presidente se enteró de sus transas. Fue entonces que lo regresaron al Senado, donde ha brillado por su ausencia. Pues para hacerse presente este sujeto, a quien Germán Martinez apodó el “payaso lastimita”, llevó globos al estrado, los infló y reventó con un puñal. El problema es que uno de esos globos, que era un dinosaurio, era alusivo a la persona y empresas de Xóchitl Gálvez.
Dice la editorial Bajo Reserva: «Nos explican que la acción de don Gabriel, otrora uno de los hombres más poderosos de Palacio Nacional y de mayor cercanía al presidente López Obrador, no tiene nada de colorida o simpática, y sí mucho de violenta y agresiva. ¿En realidad el mensaje que los morenistas quieren transmitir es que se debe ponchar o apuñalar a Xóchitl Gálvez? ¿Esa es la manera de vencer a los adversarios políticos? ¿No es delicado que, en una sociedad con tan altos niveles de violencia contra las mujeres, un senador de la República diga que a una adversaria hay que acabarla clavándole una aguja o un puñal? Si usted no vio el video obsérvelo y piense si es o no un acto de violencia».
Pobre tipo, mejor se hubiera quedado en la oscuridad, donde nadie lo tomara en cuenta; el “payaso lastimita”.
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