Las personas que circulan diariamente por la avenida Lázaro Cárdenas, algunas que incluso deben cruzar toda esta avenida desde Las Trancas a Finanzas o viceversa, saben que es necesario un paso vehicular a desnivel, un segundo piso, en fin, un puente vehicular para librar todo el tiempo que se pierde en el crucero, tanto de la Corona, como de Urban Center en la ciudad de Xalapa. Ese puente vehicular, junto con el de Las Trancas, se espera solucione en mucho el tráfico que se origina en esa zona que, para muchos conductores, es carretera obligada para los que se dirigen a la ciudad de Puebla o Ciudad de México y que no quieren pagar el excesivo cobro del libramiento.
Sin embargo, un grupo de ambientalistas, 8 en total, se opone a los puentes vehiculares que están en construcción; de hecho, los llaman “construcciones de la muerte”. ¿Cuál es la razón por la que se oponen? Pues porque hacerlos significaría la muerte de 40 árboles que dicen, tienen más de 40 años de vida.
Por supuesto, se puede simpatizar con estas 8 personas, pues su intención es proteger el medio ambiente. Pero, ¿se imagina usted cuánta contaminación se origina cada que decenas de autos se detienen a esperar el semáforo? ¿Cuántos gases contaminantes sueltan esas decenas de autos en una hora, en dos, en 24 horas, en un día, en una semana, en un mes, en un año?
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