No supo ni lo que dijo la titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Rosa Icela Rodríguez. Para excusar su inactividad en los hechos violentos suscitados en Chilpancingo, Guerrero, Rosa Icela declaró: «Se dio la instrucción de no caer en provocación porque también se tiene conocimiento de que había mucha gente obligada a manifestarse». El gobierno federal reconoce que hay grupos criminales que pueden obligar a pueblos enteros a ponerse en contra del gobierno. O, ¿de qué otra manera podemos entender lo que dijo la secretaria de Seguridad Ciudadana del gobierno federal.
Las imágenes de lo ocurrido el día 10 de julio en Chilpancingo, Guerrero muestran a miles de ejidatarios, miles en una caravana que abarcaba muchos metros. ¿Todos esos pobladores de comunidades aledañas fueron obligados por Los Ardillos para que se manifestaran, para que tomaran un vehículo “Rhino” y golpearan las entradas del Congreso local y de palacio de gobierno?
Ah, pero no hay narcoestado, dijo el presidente López Obrador el día que celebró los 5 años de su victoria electoral de 2018. Claro que hay narcoestado, claro que guerrero y su vecino estado Michoacán, ambos gobernados por Morena, están bajo el control de los cárteles de la droga. Los cárteles ayudaron a los gobernadores a colocarse en el lugar de poder que se encuentran, y ahora reclaman su salario. Y si no les pagan, el pueblo es el que deberá pagar las consecuencias. ¡Ah, pero no hay narcoestado!
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