A pesar de estos dos hechos que muestran el control del narco en los asuntos públicos y privados del país, el presidente se atreve a pregonar que «hoy en México no existe un narco-Estado». Acostumbrado a decir mentiras y a que sus seguidores se las crean, López Obrador arengó: «A diferencia de lo que sucedía en gobiernos neoliberales, ahora no se reprime al pueblo, no se ordenan masacres, no hay tortura, no se tolera la violación de los derechos humanos, ni tampoco, y que se oiga bien y lejos, hasta el otro continente, pasando el atlántico, tampoco existe hoy en México un narcoestado».
Miente el presidente de México, miente porque sabe que él es quien ha permitido que el narco le ayude en las elecciones, que el narco controle territorios completos, que el narco ponga sus condiciones para operar.