Pero lo más preocupante de todo esto es que millones de personas siguen creyendo en López Obrador, como si el señor les hubiera cambiado la vida para bien. A millones de mexicanos les da un apoyo de 5 mil pesos mensuales y ya con eso viven agradecidos, porque en su vida alguien les había regalado al menos un mendrugo de pan. Los ha convertido de pobres en miserables y ellos ni cuenta se han dado. Cinco años han pasado y esa noche que lloré conmovido por el triunfo de López Obrador me parece tan lejana; pero no en el tiempo, sino en mis sentimientos, en mis afectos, en mis emociones.
Yo salía a las calles a pregonar que López Obrador sería el mejor presidente de todos los tiempos, yo me peleaba defendiendo a López Obrador, yo vivía orgulloso de que el señor fuese un baluarte de honestidad, de congruencia, de verdad. Pero López Obrador ha resultado todo lo contrario. A estas alturas agradezco que, después de cinco años, al señor sólo le quede un año y meses para irse a “La Chingada”.