Imagine que le invitan a una rifa de un avión, pero le informan que, si se lo llega a sacar, el premio será en efectivo y éste lo tendrá que compartir con cientos de ganadores. Ahora imagine que lo invitan a participar en una votación para enjuiciar a unos malandros, aunque esta encuesta sale en una millonada, finalmente le informan que no hubo quórum suficiente y que ésta sólo fue un ejercicio democrático.
Pero eso no es todo, ahora es testigo de cómo inauguran una refinería que ha costado 18 mil millones de dólares, pero que después de varios meses de inaugurada, no puede refinar un solo litro de petróleo. Esas son faramallas, según el diccionario, faramalla es una situación exagerada, aparatosa o escandalosa, en ocasiones falsa, con lo que se pretende llamar la atención.
Resulta que el presidente López Obrador ha salido a decir que la selección de candidato por parte de la oposición es una faramalla. Cómo ve usted, el rey de las faramallas juzga y señala, sin darse cuenta que en faramallas, nadie le puede ganar. Vaya caradura de presidente.
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