El periodista Carlos Loret de Mola en su columna para El Universal relata que lo que le sucedió al presidente en Mérida, cuando se desmayó antes de un desayuno: “Dos gobernadores obradoristas, que fueron convocados a Palacio Nacional el miércoles 26 de abril —tres días después del episodio en Mérida— me dijeron que les habían confiado informalmente que al Presidente tuvieron que hacerle un cateterismo, y que por eso había demorado en aparecer ante la opinión pública.
Esto nunca fue confirmado oficialmente, pero no sería la primera vez que el gobierno esconde deliberadamente la condición real de salud del Presidente, miente sobre el trato médico que como todo jefe de Estado recibe de manera privilegiada, y trata de manejar sus enfermedades como parte de una narrativa político-electoral que buscar presentar al mandatario como un hombre fuerte que recibe los mismos servicios de salud que cualquier ciudadano”. Ah, pero el presidente dijo que preocuparse por su salud significaba una campaña de odio.