Las palabras que dirige Claudia Sheinbaum a Alfonso Durazo, reprochándole que haya sido presa de insultos de las huestes de Marcelo Ebrard, sólo es el comienzo de la férrea lucha que se avecina entre las corcholatas morenistas. Por un lado, vemos a un Marcelo Ebrard crecido y desafiante, como si algo supiera o buscando tensar la cuerda para tomar una posición más definida.
Y es que, Claudia Sheinbaum, ahora caminará sin los reflectores de la Ciudad de México, desde luego que el financiamiento no es problema, para ello, tuvo el suficiente tiempo para ir llenando el “cochinito”.
Sin embargo, existe el riesgo de quedarse rezagada ante un contrincante como Marcelo Ebrard, que está convencido de que el presidente no meterá las manos en el proceso interno de selección. Por lo pronto, Claudia Sheinbaum dice que ya se cansó, cuando la contienda interna morenista apenas acaba de comenzar.
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