De verdad que se necesita ser muy arrastrado o abyecto para colocar a un gobernante que se ha caracterizado por violentar la ley persiguiendo a líderes políticos y, a cualquiera que no comulgue con su manera de gobernar. Y es que, Cuitláhuac García Jiménez no merece ser recordado como un gran gobernante, sobre todo cuando ha sido insensible con las madres y familiares de los desaparecidos.
Además, no hay que olvidar que este aprendiz de gobernante metió a la cárcel a jóvenes y políticos bajo el delito de ultrajes a la autoridad. La historia no se equivoca y el culto equivocado hacia un líder o personalidad política sólo empina a los pueblos a una idolatría barata.