Lo que le ocurrió a la jueza Angélica Sánchez en Veracruz debe sensibilizar a todos aquellos que imparten justicia. Los jueces deben concientizarse y reflexionar que muchos acusados son llevados a juicio debido a que sus confesiones fueron sacadas con torturas, sus pruebas fueron sembradas, los testimonios de los policías fueron fabricados. Se lo hicieron a una jueza, ¿qué puede evitar que se lo hagan a un ciudadano común? Pero lo que es más grave, en Veracruz es el gobernador quien decide a quién y de qué manera se debe impartir justicia.
El gobernador es quien puede cubrir con el manto de la impunidad a los infractores, a los policías que se valen de artimañas para obtener confesiones. En este momento asociaciones de juezas y jueces, así como magistrados, están pidiendo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que se brinden medidas cautelares a favor de la jueza Angélica Sánchez.
La jueza acusa tortura y siembra de pruebas, así como acusaciones falsas. Eso de hacerle disparar un arma para acusarla de agresiones a los policías es una barbaridad. Repetimos señores jueces, eso que le hicieron a una de sus colegas es lo que le están haciendo a muchos adversarios del gobierno, a muchas personas comunes que acuden a ustedes para obtener amparo.
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