Eduardo Andrade Sánchez tiene 74 años. Seguramente se consiguió una pensión VIP por su paso en el Tribunal Superior de Justicia de Veracruz. En el gobierno de López Obrador fungió, de febrero de 2019 a febrero de 2022, como director general de Profesiones de la Secretaría de Educación Pública. Uno esperaría que una persona, con la vida resuelta, debería poner por delante, antes que cualquier otra cosa, su dignidad. Pero no. El hombre que hace más de 20 años se presentó en un programa de López-Dóriga en estado de ebriedad, a defender a su candidato perdedor, sigue haciendo desfiguros.
Tratando de extraviar a la opinión pública, el veracruzano Eduardo Andrade dio a conocer el dictamen de una juez de la Ciudad de México en donde se resuelve “de manera firme e inatacable que Yasmín Esquivel es la autora de su tesis de licenciatura”. Nada más fuera de la realidad. La UNAM ya echó abajo eso de inapelable, pues señaló que esa resolución “no obliga a la Universidad ni compromete sus funciones académicas sustantivas. Esto debe quedar claro para evitar confusiones ante la opinión pública”.
La UNAM tiene un dictamen y lo dará a conocer, aunque al doctor Andrade no le guste. Eduardo Andrade insiste en su defensa porque tiene “hambre”. Ya por ahí los diputados de Morena le lanzaron un plato de lentejas, invitándolo como ponente en el segundo conversatorio sobre “La transformación del Poder Judicial”. ¡Que le aproveche doctor!
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