Luego estuvo la tesis con la que obtuvo el grado de doctora en la Universidad Anáhuac. Yasmín Esquivel plagió 209 de 465 páginas de esa tesis. Por ello, ante tanta evidencia, que los abogados pagados por Yasmín Esquivel salgan a decir que una jueza determinó que la tesis de licenciatura original es de la ministra y que esa determinación es inapelable, hasta parece chiste.
Los esfuerzos desesperados que hacen los abogados pagados sólo ensucian más el nombre de la plagiaria. Es más, aunque Yasmín Esquivel le comprara un indulto al papa, para que la consideraran digna de la beatificación, eso no cambiaría los hechos. Yasmín Esquivel es una plagiaria y ese sello en la frente, como el “signo de Caín”, no se lo podrá borrar nadie.