Mussio Cárdenas Arellano / Carmen Medel se cree infalible e intocable. Y alza la voz espetando que, les guste o no, es la presidenta municipal. Y a quien no le guste cómo gobierna —o desgobierna—, se puede ir.
Y, les guste o no, puede atropellar a los locatarios de los mercados. O tirarse cuatro meses de huelga en el ayuntamiento de Minatitlán sólo porque la terquedad es la madre de todos sus defectos.
Y, les guste o no, le imputa a un periodista el crimen de su hija sólo porque publicó que Rocío Nahle dio el manotazo y la obligó a darle una solución a la huelga.
Y, les guste o no, Carmen Medel es alcaldesa de los minatitlecos, no por méritos políticos, que no los tiene, sino porque tácitamente la morenista contendió sola, pues al candidato que traía la preferencias electorales, Nicolás Ruiz Roset, de la alianza PAN-PRI-PRD, el gobernador Cuitláhuac García y la banda delincuencial que lo circunda lo confinaron en una prisión en Oaxaca.
Y al que no le cuadren sus excesos y ocurrencias, o sus desplantes y berrinches, se puede ir a fregar a otra comarca.
Minatitlán tiene, pues, su Ley de Herodes. O me aceptas o te jodes.
Carmen Medel Palma ni es santa ni tiene rasgos de divinidad pero se cree intocable. Y cuando habla es peligrosamente irresponsable.
Iracunda, encorajinada, doña Carmen Medel Palma estalló al saber que tenía que sentarse a acordar con el Sindicato Único de Empleados Municipales luego de cuatro meses de inacción por negarse a cumplir resoluciones laborales.
Y furibunda, se fue contra “este señor” que un par de horas atrás le dio una felpa concisa, precisa y maciza. Ese fue Jorge Luis Torres Marcos, director del portal La Fábrica.
“La patrona Rocío Nahle regañó a su empleada Carmen Medel Palma”, publicó Torres Marcos.
“Ya estuvo bueno de soberbia, ocurrencias, caprichos y berrinches.
“El desgaste al gobierno y a Morena es terrible.
“8 quincenas sin cobrar, las deudas, enfermedades e indolencia le pueden pasar factura a Nahle, la zacatecana que quiere ser gobernadora.
“Medel y sus lambiscones regidores y regidoras, con las orejas bien jaladas.
“ ‘Holi’, ‘con Tokio’ y demás tonterías en sus fotos no aportan algo positivo a la causa.
“Ya cargan en sus espaldas el desastre del gobierno anterior, también morenista, con evidencias de corrupción y transas del bienestar.
“Después de más de 120 días en huelga, hay una luz en el camino del #Suem.
“Probablemente en horas o días, la huelga termine por fin, con una terrible derrota a Medel y sus regidores abyectos.
“Las fotos ocurrentes, los ombligos, glúteos, piernas y escotes, así como las tarjetitas y frases fumadas no son suficientes.
“Su jefa política pegó en la mesa.
“Vaya presidenta y regidores tan inútiles que puso Morena a gobernar”.
Ya frente a la prensa, Carmen Medel estalla. Se escucha descompuesta, enviando a segundo plano el tema central: la huelga de cuatro meses en el ayuntamiento de Minatitlán.
Centr el ataque en el periodista que le imputó el regaño de la secretaria de Energía, Rocío Nahle García, las ocho quincenas que los empleados municipales han dejado de percibir, la necedad de la edil y su cabildo inútil, que llevaron a la parálisis del gobierno municipal.
Alude al odio que, dice, le tiene el periodista. No menciona el nombre de Jorge Luis Torres pero retomó algunos párrafos de lo que el periodista subió a su cuenta La Fábrica, en Facebook.
La alcaldesa aduce que eso es violencia política de género. Y le endilga la sospecha por el crimen de su hija Valeria, ocurrido en un gimnasio en Ciudad Mendoza, en noviembre de 2018.
“Es lamentable que medios de comunicación se refieran a mi persona —expresó la presidenta municipal—. Se refieran a Carmen Medel como que es la responsable. Me da tanta tristeza ver a esta persona que se refiera en las redes. (Y) diga ‘su patrona, Rocío Nahle. La regañó a su empleada’. Sólo de dos personas lo he escuchado. Dice: ‘ya estuvo bueno de soberbia, de ocurrencia, de caprichos y berrinches. El desgaste al gobierno y a Morena es terrible’.
“Y como ha dicho esto aquí —agregó—, ha dicho más cosas en diferentes ocasiones. Realmente al señor no lo conozco. Yo creo que el señor tiene algo personal conmigo”.
Y entonces suelta la estocada:
“Yo creí que no tenía enemigos. Y ahora hasta dudo que lo que le pasó a mi hija… que pudo ser la persona que aquí me odia. ¿Qué le hice a este señor o qué le he dejado de hacer?
“Yo siempre he dicho que lo que le pasó a mi hija fue una equivocación. Ya tanto se ha hablado de eso que me da a pensar mal. Tengo derecho a pensar lo que yo quiera si él emite estas publicaciones en contra.
“Le guste o no, soy la presidenta municipal. Y si él vive aquí, soy su presidenta municipal. Y si quiere, que se cambie de aquí”.
El desplante es brutal. Carmen Medel se imagina intocable. En el video se aprecia cómo sube la voz cuando expresa “soy su presidenta municipal”.
Y al que no le cuadre su “soberbia, ocurrencias, caprichos y berrinches”, se puede ir.
Pues no.
No hay en lo escrito por Jorge Luis Torres Marcos ni un rasgo de violencia política de género. Hay una crítica a una servidora pública, a sus actos de autoridad, a las consecuencias de no respetar los derechos laborales.
Carmen Medel Palma sí es responsable de la huelga y que se haya prolongado por cuatro meses. Por culpa suya, los trabajadores han dejado de cobrar a lo largo de ocho quincenas. Y la mayoría han sobrevivido mediante préstamos personales o vendiendo enseres de casa.
El alarde de Carmen Medel raya en lo demencial. Minatitlán no es suyo. Nadie se lo escrituró. Es más, ni siquiera es nativa del lugar.
Un presidente municipal, como cualquier servidor público, está expuesto a la crítica, a la revisión de sus actos de autoridad, a la máxima publicidad de sus acciones, de acuerdo con criterios de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y con tratados internacionales en materia de libertad de expresión.
Lo que hizo contra Jorge Luis Torres es difamatorio. Le imputó la autoría del crimen de su hija Valeria. Usó su tragedia personal para descalificar al periodista. Faltó a la memoria de una víctima, su hija. Le faltó al respeto en el instante en que usó su trágica muerte para sembrar el odio en el comunicador.
Sus palabras son perversas. Su actitud, irracional.
En Carmen Medel no hay nobleza. Vencida en los tribunales, ofrece pagar el 35 por ciento de los salarios caídos a los trabajadores sindicalizados. Es ilegal. Si el presupuesto anual, aprobado por el Congreso de Veracruz, ya contempla el monto a pagarse mensualmente por concepto de nómina, ¿qué la motiva a ofrecer la tercera parte del salario que debe entregar a los empleados municipales en su totalidad?
Si el presupuesto de nómina se usó para otros conceptos, incluso contratar trabajadores eventuales, la alcaldesa Carmen Medel estará irremediablemente en el supuesto de un desvío de recursos públicos y eso implica un problema legal, y de no justificarlo, cárcel.
Por eso no es bueno desvariar.
Archivo muerto
Mazazo demoledor al PRI en su bastión, el Estado de México. Se alza con el triunfo Delfina Gómez, por quien votaron los que comulgan con la extorsión que le aplicó a los empleados municipales de Texcoco cuando fue alcaldesa; los que aplauden el boquete financiero de 830 millones de pesos en los días en que secretaria de Educación Pública; los que celebran su historial de transas, abusos y el rol de recaudadora del obradorismo. Pagan los priistas por sumisos y por tener al frente, con las manos en el timón de la nave que se hunde a Alejandro Moreno Cárdenas, el sátrapa que no sólo saqueó las arcas del gobierno de Campeche sino que atropelló a quien se le ponía enfrente y aún así el priismo le permitió entronizarse un año más cuando ya ha concluido su período como líder nacional. Termina el PRI hecho una piltrafa en el Estado de México, preámbulo de la elección presidencial de 2024. La alianza de oposición ahí fue un fracaso. Alito Moreno y el líder nacional del PAN, Marko Cortés, pagan hoy el alarde de haber embestido a Movimiento Ciudadano, llamarlo traidor, categorizarlo como Judas, dándole al líder nacional de MC, Dante Delgado Rannauro, el pretexto a modo, la coartada para desdeñar la alianza, no registrar candidato, instrumentar la campaña de “Ni un Voto al PRI” y, por supuesto, cargar sus votos hacia Morena, ayudándole a abrir la distancia entre Delfina Gómez y la priista Alejandra del Moral. Dante, simplemente les cobró la afrenta. El PRI se diluye cada día más. Una corriente del priismo carga con la factura; otra corriente le viene operando a Morena. Son los mapaches de siempre, los que solían rellenar urnas, los que aplicaban el ratón loco, los que compraban a los electores. Pero a largo plazo, pierden todos, hasta los morenistas y los simpatizantes de Morena, los matraqueros de Andrés Manuel López Obrador, que a cambio de las migajas que les arrojen verán cómo se transa el presupuesto doña Delfina, cómo aplica el diezmo al personal de gobierno, a constructores y proveedores, a alcaldes morenistas y aún a aquellos que sin serlo se obradorizan, en su acepción de “se suman al saqueo transformador”. Una delincuente electoral ha llegado al poder. Es Delfina Gómez, así definida por la sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que la halló corresponsable de retenerle ilegalmente el 10 por ciento del salario de los trabajadores del ayuntamiento de Texcoco y entregarlo a Morena. La lección del Estado de México es reveladora: la alianza de oposición naufraga; Alito Moreno y Marko Cortés son un lastre, pero sus militancias se lo permiten; pretenden ser opción para el electorado sin tomar en cuenta la fuerza de la sociedad. Vieron el poder de convocatoria de la sociedad en defensa del INE y persisten en que sean las mafias priistas y panistas las que impongan al candidato y que la sociedad lo tenga que aceptar. Sin el voto del pueblo, Va por México no existe; no suma; no es confiable; no es una alternativa para la sociedad. Sin el voto del pueblo, la oposición perderá en 2024. Sin trabar una alianza con la sociedad, Va por México seguirá viendo el avance de Morena y la cristalización del sueño de López Obrador: ejercer el poder a través de Claudia Sheinbaum. El maximato, pues… Juan Javier Gómez Cazarín lleva lo malandro dentro y lo priista en el ADN. Un par de fotografías lo delata. Camina cerca del sátrapa Javier Duarte de Ochoa, entonces gobernador de Veracruz, entre los repollos que suelen circundar a los hombres de poder. Gómez Cazarín, hoy líder de la fracción morenista en el Congreso de Veracruz, se nutre del priismo de Coatzacoalcos, el marcelismo que gobernó sin freno ni cortapisas, sin límite a su ambición, el tercer municipio del estado. A uno de ellos, compañero de correrías, Enrique Navarro Padilla, alias “El Tortas”, lo hizo director de Recursos Materiales del Congreso, y no tardó en llegar al cargo cuando su nombre ya generaba escándalo por citársele en una red de empresas fantasma, metido hasta el cuello en los negocios chuecos y tráfico de influencias de Gómez Cazarín. Y con ellos, un tipo del que no se habla pero que es clave: Carlos López Pérez, chofer del “Tortas” Navarro, también del clan de la Volkswagen de Coatzacoalcos. “El Tortas” tenía fama de robarse el dinero que los clientes pagaban a cuenta del enganche de los vehículos. De aquel clan se recuerdan dos nombres más: Fernando Simón Sevilla y Leydi López, hermana de Carlos López Pérez. Muchos fueron los denunciados, pero al final la libraron por un hecho infausto: el crimen de su superior inmediato, Arturo Casados Rodríguez, gerente de la Volkswagen de Coatzacoalcos, al que tácitamente le cayeron las coronas y las culpas de las múltiples trapacerías, que derivaron en denuncias de fraude e incumplimiento. Poco después, “El Tortas” llegó a ser chofer del ex alcalde Marcelo Montiel. Es el ADN priista de Gómez Cazarín… Eliezer Sánchez, el señor de los trastupijes, suple a Onésimo Mendoza en la Dirección de Obras. Queda como encargado de la oficina tras la destitución, derivada de al menos tres denuncias contra Onésimo en que la Contraloría del ayuntamiento de Coatzacoalcos determinó nepotismo y haber ordenado que documentos oficiales fueran puestos en manos de particulares, pero dejó en el limbo su responsabilidad por el intento de extorsión a constructores a los que proponía asignarle obras y agilizar pagos a cambio de que le entregaran el token bancario y le cedieran los trabajos, los que el funcionario realizaría con compañías propias. Eliezer Sánchez Carrillo no es mejor que Onésimo Mendoza. Lo precede un historial de abusos en el ayuntamiento de Cosoleacaque, donde fue director de Tenencia de la Tierra, donde se le acusó de falsificar la firma de un ingeniero. En Coatzacoalcos, estuvo adscrito a la Dirección de Desarrollo Urbano, donde el titular, Gilberto Velásquez, es, más o menos, como una maceta en el corredor. Desde ahí, se le ocurrió correrle las atenciones a comerciantes, cobrándoles por cada anuncio luminoso en sus negocios y ese gremio terminó despotricando, como era de esperarse, contra el alcalde Amado Cruz Malpica. En año y medio, Eliezer Sánchez acumula un rosario de quejas. Pero el ayuntamiento de Coatzacoalcos, es el mundo al revés. Mientras más repudio genera Eliezer Sánchez, más lo premia el presidente municipal…
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