Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / SOLO UN gobierno surrealista como el de México, desconcertante e ilógico, se atreve a ufanarse de que integrantes de los distintos grupos de la delincuencia organizada respetan a quienes se identifican como Siervos de la Nación, quienes se encuentran en la nómina de la Secretaría del Bienestar, pero que operan bajo la Coordinación de Programas Integrales de Desarrollo de la Presidencia de la República a cargo de los “superdelegados” de las diversas Entidades. Con ello no se meten, dicen las desafortunadas declaraciones de un AMLO que reconoce tácitamente dos cosas: 1.-Que en México operan retenes de la delincuencia organizada que no deberían existir, y 2.-Que el Gobierno se niega a combatir a esos grupos por miedo o comodidad, esto es, para evitar bajas en policías, ejército o marina, y porque al no hacerlo le permiten desplazarse por todo el País sin que nadie lo moleste dando la impresión de que México es una Nación en paz y tranquilidad, mientras el número de ejecutados a un año y cuatro meses de que finalice su administración ya rebasó las cifras de crímenes cometidos en cada uno de los sexenios de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, ni más ni menos, a los que acusaba de iniciar la guerra contra el narco, mientras que al segundo de continuarla. Dice el Presidente que los trabajadores que llevan el padrón de los beneficiarios de los programas sociales que entrega su Gobierno, tienen que pasar por retenes del crimen organizado (vaya desfachatez aceptar que prevalecen esos diques que no afectan a sus trabajadores, pero si al turismo y a los mexicanos en general que viajan por las carreteras de México, pero eso no le interesa, amordazados como tiene a millones de mexicanos con lisonjas que reparte como programas sociales). “Hay casos en donde detienen a alguien, de los que trabajan en las comunidades, algún grupo de la delincuencia y usan, los que trabajan en las comunidades, un chaleco y se identifican y los respetan”, asume en el colmo del surrealismo, y cuenta que le contaron hace poco que dijeron: ‘no le ha llegado el apoyo a mi abuelita’, le dijo un muchacho a un Servidor de la Nación, que estaban en un retén y tenían que ir a trabajar los promotores, que mi respetos para ellos, porque están abajo, en el territorio, territorio, no escritorio, y le dijo ‘bueno, ¿pues en dónde vive tu abuelita?, pues en tal pueblo, dame los datos, no, cómo te voy a dar los datos, pues entonces no se puede, bueno, cuando regreses alguien te va a entregar los datos”, agregó López Obrador como si se tratara de un chiste, aunque en su visión distorsionada que convierte las contradicciones y la realidad en una realidad absoluta, podría ser una súper realidad.
DICE CATON en su colaboración en El Reforma que: “AMLO declaró, ufano y satisfecho, que los retenes que pone la delincuencia para extorsionar a los viajeros dejan pasar sin molestarlos a quienes trabajan en las obras de su administración. Eso equivale a reconocer a los criminales, a darles las gracias y a propiciar de ese modo sus delitos. Equivale también a decirnos a los ciudadanos: “Ustedes jódanse, que nosotros estamos protegidos”, y termina: “De esa calidad -iba a decir “de esa calaña”- es el régimen que nos gobierna.
PERO EL asunto no es nuevo. Aún se recuerda cuando el 30 de Mayo del 2022, el Presidente López Obrador calificó como normal los retenes de civiles armados, esto luego de que periodistas fueron detenidos por un retén en una carretera de Sinaloa, durante una gira que realizaba por aquel Estado. De aquellos hechos, el mandatario aseguró que los grupos opositores hicieron un escándalo por ese hecho que a todas luces está fuera de la ley. Lo peor es cuando rechazó que el retén instalado por hombres armados en una carretera de Badiraguato durante su gira por Sinaloa, sea una prueba de que su gobierno tenga un pacto con el crimen organizado, como aseguró la oposición, aunque habría que aclarar que si no es pacto, por lo menos es condescendencia o permisidad por las razones antes descritas, esto es, un acuerdo no escrito en el que se establece: tú no te metes conmigo y con los míos, y yo no me meto con ustedes, cuando en la constitución y en las leyes que de ella emanan, una de las responsabilidades más importantes de los gobernantes es garantizar la seguridad y paz social a los gobernados, que para eso se pagan muchos impuestos.
PERO LEJOS de eso, en su conferencia posterior al 30 de Mayo del 2022, el presidente criticó que diversos medios hicieron un escándalo de ese hecho, el cual, dijo, fue utilizado por la oposición para atacar a su gobierno, y acto seguido volvió a su cantaleta de resaltar que a diferencia de otros gobiernos, su administración no pacta con la delincuencia organizada. “Y un escándalo por un retén. Esa era la nota principal y difundir que hay acuerdos con la delincuencia. ¡Pues no! Tuve que decir que yo no era Calderón (aunque su gobierno ya rebasó por mucho los crímenes cometidos en el periodo calderonista). Él pactó con la delincuencia y él tenía a García Luna de jefe de seguridad pública, y él en vez de atender las causas que originan la violencia, declaró una guerra. No somos lo mismo”. Y lo peor es que asumió que adicionalmente, la Guardia Nacional mantiene presencia en todas las carreteras del país para evitar delitos y garantizar la seguridad de la población, lo cual sigue siendo una soberana mentira como ha quedado de manifiesto en infinidad de ocasiones.
Y PRUEBA de lo anterior han sido los asaltos masivos el año pasado a automovilistas en el kilómetro 27 del Libramiento Noreste, a la altura de la comunidad de La Solana, en Santa Rosa Jáuregui, Querétaro, o los que han ocurrido este año en la carretera que va de Veracruz a Puebla y la Ciudad de México, lo mismo en la libre que en la pista, sin que la Guardia Nacional se apersonara, o la infinidad de casos de accidentes viales donde la población y hasta automovilistas saquen camiones volcados, ante la mirada de elementos de la Guardia Nacional que no se atreven a impedir el pillaje o rapiña, lo que induce a la comisión de delitos.
CON TODO y ello, el presidente, a quien los gobernados no le importan, y menos si son clasemedieros o conservadores, como los define, se ufana de que los trabajadores de Bienestar que se dividen en 266 regiones, y cada una tiene entre 50 y 150 Servidores de la Nación bajo el mando de delegados regionales -en su mayoría ex líderes del partido Morena, ex diputados, ex alcaldes o ex funcionarios afines a López Obrador- que atienden órdenes del “superdelegado” estatal, no son tocados para nada por la delincuencia, por lo que retomando la frase de Catón: y entonces al resto de la sociedad que los frieguen, a AMLO no le interesa en lo absoluto, consciente de que el surrealismo –la tendencia con la que se identifica- propone una teoría de lo inconsciente y de lo irracional como medio para cambiar la vida, la sociedad, el arte y el hombre por medio de la revolución que asumen, como de las consciencias. No se trata en si de un movimiento con unidad de estilo, sino una serie de investigaciones individuales, cada uno con un estilo propio o personalista. OPINA carjesus30@hotmail.com