Luego de su terrible cometido, el chico se dio a la fuga, pero fue detenido en la localidad de Villarrica. Al ser revisado, los oficiales se dieron cuenta que el joven llevaba consigo dos armas blancas que se piensa fueron las que ocupó para acabar con la vida de su maestra. Quienes observaron el acto quedaron paralizados y necesitaran ayuda psicológica para poder superar ese trauma.
Según los demás maestros que le daban clases al homicida, el menor de edad era un alumno ejemplar cuando de comportamiento se habla. La docente Rodríguez de Cristaldo, además de ser profesora de matemáticas, era la directora de la escuela en la que es considerada una de las mejores de Paraguay.