¡Ahí te hablan Cuitláhuac García! Para justificar su espectáculo y para evadir de manera cobarde su responsabilidad en el discurso de odio que llevó a las puertas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Cuitláhuac García dijo: «El ataúd es una forma de dar a conocer la inconformidad contra ese sistema (…) era una manera de decir ‘ya este sistema de elección de la Suprema Corte, debe terminarse debe ser sustituido por el voto directo de los ministros, de los magistrados y los jueces’». Es decir, el ataúd era un símbolo.
La Suprema Corte, en un mensaje de Twitter, explica a los estultos que no entienden lo que es un discurso de odio: «1.- Son manifestaciones que promueven la discriminación y la violencia en contra de personas o grupos determinados por no reconocerles igual dignidad humana. 2.- Se basa en prejuicios y pretenden establecer diferencias carentes de justificación jurídica para validar un trato hostil en su contra e incluso privarles de sus derechos e inclusive de la vida. 3.- La Primera Sala de la Corte consideró que, en contextos determinados, un discurso de odio puede transmitirse por cualquier medio: palabras, símbolos u otras formas de expresión».
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