Como si sirviera de algo, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, fue con su horda de porros a protestar a las puertas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. García Jiménez quería quedar bien con el presidente que le regala los oídos, que lo llama honesto y brillante, cuando la fama pública de este gobernador lo colocan entre la estulticia y el deshonor. Pues mientras el gobernador hace su numerito, en Veracruz las masacres siguen.
Señala el periodista Héctor de Mauleón: «La madrugada del viernes pasado, sicarios que se identificaron a sí mismos como miembros de un grupo llamado Gente Nueva, arribaron al bar Los Indios, ubicado en el municipio de Papantla, Veracruz. En unos segundos recorrieron el lugar y abrieron fuego contra personas que se hallaban en ese sitio. “En el baño, a la vieja en el baño”, “Papantla ya tiene dueño, pura Gente Nueva” y “venimos por todos los chapulines”, se escucha en una grabación subida por los asesinos horas más tarde”. Veracruz vive una pugna por los grupos que tienen permiso para matar y los grupos que buscan asentarse en este territorio. “La violencia -señala Héctor de Mauleón- crece en Veracruz. Causa en Común colocó a este estado en el primer lugar en víctimas de atrocidades cometidas durante 2022 (1,166 entre enero y octubre). Solo en tres meses de 2023, esa organización ubicó a 716 víctimas de atrocidades en Veracruz».
¿A quién le importa gobernar bien el estado si lo importante es quedar bien con el presidente López Obrador?
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