La fuerza potencial de los maestros es enorme, sin embargo, como lo señala puntualmente el investigador Gilberto Guevara Niebla, «esa fuerza social ha sido disminuida por la poderosa estructura burocrática de gestión y control que representan la SEP y el SNTE y que actúan como poderosas pinzas que oprimen e inhiben la autonomía del maestro y el empoderamiento de las escuelas». Hoy el maestro, si quiere crecer laboralmente, tiene que enfrentar una tramitología burocracia impuesta por la USICAMM, su antigüedad escalonaría no vale nada.
El SNTE ha perdido conquistas sindicales valiosas, ya no hay carrera magisterial, la doble plaza que tanto ayudó a maestros de preescolar y primaria, también se perdió. Además, el Gobierno Federal restó importancia a las normales, reduciéndoles el presupuesto, pero no sólo eso, también desapareció las Escuelas de Tiempo Completo que beneficiaba a las madres solteras.
Es un hecho que hoy la SEP es la que da y reparte; ella monopoliza las reglas y sólo cuando le conviene, toma en consideración a los dirigentes del SNTE. Hoy el líder del SNTE sólo es un puesto honorifico, nominal, sólo es una cortesana que tiene precio y que, hoy por hoy, le han llegado al precio. De nada sirve que tenga un poco más de 1.5 millones que son afiliados automáticamente, si sólo se aplica para gastar las cuotas sindicales millonarias de sus afiliados.
Comentarios