A pesar de que Morena y sus partidos rémora (Partido Verde y Partido del Trabajo) controlan la mayoría simple en ambas cámaras, éstos no han podido cumplir con las órdenes que les ha mandado el Ejecutivo federal. De entrada, saben que no cuentan con el quórum suficiente para modificar la Constitución. Por tal motivo, mostrando un descarado desconocimiento de los procedimientos parlamentarios, aplican el método “matanga dijo la changa”, que no es más que reunirse entre “amigos”, dejando fuera a la oposición y aprobar las reformas o requerimientos del Ejecutivo federal.
Desde luego que, esta rapaz estrategia ha provocado una avalancha de impugnaciones al alto tribunal por violación de procedimientos. En algunos casos, las reformas salían adelante en pocos días o incluso horas y sin siquiera leer los dictámenes de las iniciativas. Estas fueran las razones principales para que la ministra Norma Piña y ocho honorables ministros desecharan por completo la primera parte del Plan B morenista.
«No se llevó a cabo un auténtico procedimiento legislativo de orden constitucional. El conjunto de vicios y yerros en la función legislativa son de tal magnitud que acarrean como consecuencia lo que yo llamaría una perversión de las reglas democráticas», sentenció el ministro Luis María Aguilar.
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