Algo tenía que decir el presidente López Obrador sobre el reportaje en el que se evidencia la red de influyentismo que ha tejido Andrés López Beltrán, Andy para los amigos. Los documentos que se presentaron son reales, las evidencias se han venido presentando desde el inicio del sexenio, se han ido recopilando y ahora se reúnen para sacarlos a la luz. La administración federal se llenó de jóvenes, la gran mayoría amigos de colegio y universidad del hijo de López Obrador. Ahí está la evidencia, no hay manera de echarla para atrás. A pesar de ello el presidente sólo alcanza a repetir la misma cantaleta: «Mis hijos no son corruptos».
Y lo repite como una manda, como el «Sí merezco abundancia» de Karime Macías; lo repite con la esperanza de que sea realidad. Sin embargo, los mexicanos tenemos otros datos. Por ejemplo, en noviembre de 2022 el mismo presidente, ante la prensa encargó el proyecto del “Malecón de Villahermosa” a Alejandro Jiménez Labora. Todo mundo se preguntó si el mencionado era funcionario de Sedatu, de Conagua o de alguna otra dependencia.
Alejandro Jiménez Labora no era funcionario federal, simple y sencillamente era compañero de la universidad de su hijo Andy López Beltrán. Así que está de más que el presidente diga que sus hijos no son corruptos, nosotros tenemos otros datos. Para más información siga este enlace: https://contralacorrupcion.mx/amlo-encarga-obra-en-su-natal-tabasco-a-amigo-de-su-hijo-andy/
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