El privilegio de ser hermano del gobernador

Tonatiuh García Jiménez FOTO: WEB
- en Opinión

Aurelio Contreras Moreno / Antes de que su hermano asumiera la gubernatura de Veracruz, Tonatiuh García Jiménez era uno más de los violinistas de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, que no destacaba por encima del resto ni se le mencionaba por alguna otra facultad o talento en el ámbito artístico de Xalapa. Mucho menos, en el resto del estado de Veracruz.

Todo cambió cuando un golpe de suerte –el “efecto AMLO”- llevó a su hermano Cuitláhuac a ganar la gubernatura, algo que ni en sus sueños más febriles –calenturientos, pues- se habría imaginado antes de 2018.

Desde su llegada al poder, Cuitláhuac García les abrió la puerta del gobierno –y del presupuesto- a sus familiares. A su primo hermano Eleazar Guerrero Pérez lo nombró subsecretario de Finanzas, entregándole el control total del manejo del dinero público. A su padre, Atanasio García Durán, le puso un escenario en toda la administración estatal para promover un esperpento pseudoeducativo e ideologizado denominado “Nueva Escuela Mexicana”.

Pero “Tona” lo que quería era dar rienda suelta a sus sueños de ser director de cine. Y así lo hizo. Lo cual no habría tenido nada de malo de no ser porque para ello se utilizaron recursos públicos, privilegio con el que no cuenta la gran mayoría de los productores audiovisuales del estado de Veracruz. Menos aún, desde que el gobierno de la mal llamada “cuarta transformación” canceló el fideicomiso con el que se apoyaba la producción cinematográfica nacional.

Tonatiuh García, en cambio, recibió el apoyo de su hermano para desarrollar sus ansias artísticas con cargo al erario, lo cual era evidente desde el inicio del sexenio, pero ahora ya no queda duda.

Cuando hizo la “premier” de su largometraje “Luna negra” en octubre del año pasado –al que acudió todo el círculo cercano de su hermano en el gobierno, ataviados de gala en el Cinépolis de Plaza Américas Xalapa-, el gobierno de Veracruz apareció como uno de los patrocinadores del filme, al que destinó, de acuerdo con lo revelado este martes por Reforma, casi dos millones de pesos vía Radiotelevisión de Veracruz, la emisora estatal, que se encargó además de transmitir en vivo –disponiendo para ello evidentemente de sus recursos humanos y de infraestructura- la “alfombra roja” de los ridículos neopolíticos morenos en esmoquin o con vestidos de diseñador entrando con sus palomitas al cine.

Si bien la cantidad es realmente modesta para los gastos que implica hacer una filmación –el costo total de “Luna negra”, según el contrato presentado por Reforma, fue de casi 25 millones de pesos-, no dejan de ser recursos públicos puestos a la disposición del hermano del gobernador, lo cual refrenda no solo el nepotismo en que suele incurrir sin vergüenza alguna Cuitláhuac García, sino el tráfico de influencias, que ése sí es un delito.

El “trato preferencial” para Tonatiuh García no se quedó en eso. Su película recibió 20 millones de pesos más de la Secretaría de Turismo y Cultura –que encabeza Iván Martínez Olvera, otro miembro del círculo íntimo de su hermano

Cuitláhuac- para su promoción, vía la productora DMM Films México S.A. de C.V., cuyo representante es Joel José Núñez Arocha.

Quien esto escribe ignora si los filmes de Tonatiuh García tienen o no calidad. “Luna negra” fue premiada recientemente en el Festival de Cine de Moscú, capital del país al que, por otra parte, ha apoyado abiertamente en sus redes sociales en su invasión a Ucrania.

Lo realmente importante aquí es el uso patrimonialista de los recursos del estado, puestos al servicio y disfrute a discreción de la familia del titular del Ejecutivo estatal, lo cual es un abuso de poder, además del ya mencionado nepotismo y tráfico de influencias. No cualquiera tiene el privilegio de tener un hermano tan “generoso”. Y que además sea el gobernador.

Y como Tonatiuh es muy “inquieto”, y por lo que se ve tiene “talento” para “todo”, ya debutó también como director huésped de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, donde hasta hace muy poco solo era uno más de los violinistas. Ni segundo violín, menos aún el concertino.

Claro, que el rector de la Universidad Veracruzana –a la cual está adscrita la OSX- sea afín –y sumiso- al gobierno de la “4t” no tuvo nada que ver. Seguro se lo ganó él solito.

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