En conferencia de prensa los abogados de la ministra Yasmín Esquivel armaron un circo de cuatro pistas para ejecutar sus argumentos malabarísticos, sus acrobacias leguleyas, sus chistes que no hace reís a nadie. Alejandro Romano Rascón, Eduardo Andrade Sánchez y José Monroy Zorrivas, todos ellos abogados de Yasmín Esquivel sólo hicieron el ridículo tratando de explicar cómo es que, a pesar de haber entregado su tesis espuria un año después de la original, ella no es la plagiaria.
Para elaborar su vergonzoso espectáculo se valieron de la declaración de la directora de la tesis de Yasmín Esquivel, una mujer a quien la UNAM ya la corrió «por haber incurrido en causas graves de responsabilidad, así como en faltas de probidad y honradez en el desempeño de sus labores como académica y directora de tesis profesionales». Excelente testigo. También se valieron de la supuesta confesión del alumno Edgar Báez, quien cayó en contradicciones y mentiras, y al final, muy a posteriori, dijo que él había copiado la tesis.
Ya dejen en paz el tema, no le van a poder lavar la cara a Yasmín Esquivel, para millones de mexicanos la señora siempre será una plagiaria; una mujer que con todo descaro sigue tratando de evitar que la UNAM emita una resolución sobre su plagio.
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