Hace unos días, en un exabrupto que le pudo causar un infarto, el presidente pidió que a los ministros de la Suprema Corte ni siquiera les contesten el teléfono: «Les dije: ‘ni les contesten en teléfono’, porque tenía un desayuno la secretaria de Seguridad con la presidenta de la Corte; cuando me enteré, les dije: ‘no quiero ningún enjuague, ya no es el tiempo de antes».
En esta ocasión el secretario de Gobernación corrigió un poco la plana, señalando que el trato con la SCJN será sólo institucional: «Se acordó un tratamiento institucional a esa petición, de esa manera seguirá siendo la relación con la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Tiene que haber, como debe existir entre los tres Poderes de la Unión, una relación de carácter institucional». Pues nadie les está pidiendo otra cosa.