Por supuesto, el templete principal sí tenía un techo que cubría la humanidad de la aspirante a la presidencia, del gobernador, de Rocío Nahle y del alcalde Amado Cruz Malpica. Pero a la perrada la tuvieron a pleno sol, por lo que no faltaron los desmayados, los insolados.
El responsable de este evento fue el alcalde Amado Cruz Malpica, quien no tuvo consideración para sus gobernados. Por supuesto, no se cree que hayan obligado a ir a los que se insolaron. Si fueron por su propio gusto ya lo dice el dicho: «El que por su gusto es buey, hasta la coyunda lame».