Como si él no fuera cristiano, como si él fuera ajeno a las tradiciones del cristianismo de Semana Santa, el presidente López Obrador, quien pasa las vacaciones en Palenque con su familia, no quiso dejar de estar presente en los días de guardar de muchos cristianos, que en lugar de eso aprovechan los días libres para irse a la playa o a otros centros vacacionales. Desde su reposo el presidente de México nos manda a decir: “De Gandhi sobre Jesús: No sé de nadie que haya hecho más por la humanidad que Jesús. De hecho, no encuentro nada malo en el cristianismo. El problema está en ustedes los cristianos, pues no viven de conformidad con lo que enseñan”.
Habría que decirle al presidente que en México el problema no es el sistema de gobierno, el problema es de quienes llevan el gobierno. La Cuarta Transformación que buscaba ser un gobierno con un cambio transformador se ha convertido en una plaga llena de hipócritas, embusteros, traicioneros, incongruentes, saqueadores, desalmados.
Es por ello que sí le podemos decir al presidente que el problema de su Cuarta Transformación es él y sus secuaces.
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