A ver, Manuel Huerta que mejor se quede callado. A él si lo sorprendieron metiendo mano a una joven, a la que estaba entrevistando en el hotel Trueba de Orizaba. En ese caso no se trató de una guerra sucia, simplemente de un hecho informativo en el que se vio involucrado un funcionario federal.
Puntualmente lo publicamos en Libertad bajo Palabra: «Son dos mesas que se han colocado juntas y hay seis sillas color rojo con cojines claros decorados con flores azules; las mismas sillas que se ven en las fotos de Instagram del Hotel Trueba y en su página web. En la segunda foto Manuel Huerta ya se ha acercado demasiado a la joven. ¡Un momento! ¿Qué hace la mano de Manuel Huerta sobre el regazo de la joven? Huerta Ladrón de Guevara está tan encima de la joven que, con su siniestra, alcanza la mano izquierda de la joven que está sentada a su lado». Independientemente de las denuncias por violación que duermen el sueño de los justos en la Fiscalía, queda suficiente evidencia de que el señor es un acosador.