Hay que ser muy bruto para no entender cómo funcionan las cosas simples. Desde hace meses se ha estado denunciando el acoso que sufren las mujeres que trabajan en la Secretaría de Seguridad Pública. Hasta en Latinus salió un reportaje por el que tuvo que ser retirado el jefe de la ayudantía del gobernador. Pues en ese contexto, entrevistado por uno de esos medios oficialistas, Cuauhtémoc Zúñiga reconoció: «Sí hay algunos casos. Nosotros no vamos a ocultar ninguna información. Por eso algunos casos ya están siendo atendidos por la Contraloría y ante esa situación nosotros no vamos a tolerar ningún tipo de acoso».
A ver, ¿cómo le explicamos a este estulto señor que, si hay casos de acoso, desde hace meses, es porque los jefes, incluido él, lo toleran? Si los jefes no toleraran los casos de acoso contra las mujeres que laboran en esta dependencia, entonces no habría denuncias ante la Fiscalía del Estado o ante Derechos Humanos.
Habría que decirle al estulto señor Zúñiga que, de acuerdo con datos de la Contraloría del Estado, se tienen abiertos al menos 170 expedientes de acosos en las dependencias del estado, pero en la que más casos se reporta es en la dependencia que el dirige. De acuerdo con la asociación Resistencia Ciudadana, hay al menos 27 denuncia ante la FGE por acoso en la SSP. Y si los hay, es porque los jefes lo toleran.
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