Si antes de esta decisión el presidente, sus secuaces del gabinete, los líderes de Morena y los chairos atacaban a mansalva a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, particularmente a la ministra Norma Piña, en adelante los ataques se intensificarán. De hecho, ya iniciaron. Al ministro que aceptó la controversia del INE contra el Plan B, Javier Laynez Potisek, lo relacionan con Calderón y lo acusan de actos de corrupción.
Cabe recordar que el presidente minimizó los ataques en contra de Norma Piña. Una figura de ella en la concentración del 18 de marzo fue quemada y el presidente sólo dijo que también su imagen la habían quemado, como justificando a los agresores. Pero los ministros de la Suprema Corte no se doblaron, no se van a doblar. De todos modos, cada día falta menos para que el aprendiz de tirano que tenemos por presidente se vaya a “La Chingada”.