Dentro de su primer círculo, no hay quien tenga los arrestos suficientes para decirle al presidente López Obrador que se encuentra completamente desnudo. Como en la fábula del rey desnudo, todos le hacen la caravana a sus ocurrencias, le hacen creer que él tiene la verdad absoluta, aunque a sus espaldas se rían de él. Algunos por conveniencia y otros para que su carrera política no llegue a su fin. Prueba de ello es que, cuando se aventó la puntada de prohibir el uso del fentanilo médico, nadie se atrevió a corregirle la plana.
Ni siquiera Hugo López Gatell ni mucho menos Elena Álvarez-Buylla pudieron corregirlo y decirle que, desde hace muchos años, el fentanilo es un fuerte analgésico opioide sintético similar a la morfina, pero entre 50 y 100 veces más potente, que en su forma recetada se utiliza para calmar el dolor a los enfermos, especialmente a los que tienen cáncer.
Nadie le dijo que no hay manera de sustituirlo, al menos por el momento. No cabe duda que en la 4T, el miedo no anda en burro.
Comentarios