Cuando alguien dice «palo dado ni Dios lo quita», significa que es imposible cualquier acción contra algo ya consumado, como la reinstalación de al secretario ejecutivo del INE, que ha sido visto como un duro golpe al propio Ejecutivo federal. El propio presidente se ha encargado de evidenciar ello.
«Todos sus achichincles y amigos y socios aplaudiéndole, y los medios de información, todos, celebrando, porque ‘se había reivindicado a la democracia’. Una gente [Jacobo] que ha tolerado fraudes, que está por eso ahí, completamente antidemocrático, pero pertenece a la camarilla que ha manejado el INE durante mucho tiempo.
«Y aplaudiéndole, pero dándolo como un triunfo: ‘La primera derrota del plan B’. Pues me llena de orgullo el perder así, no se dan cuenta porque no tienen autoridad moral, lo que les interesa es el dinero y el poder por el poder», dijo el presidente López Obrador, sin ocultar su amarga derrota. Y eso que aún no se ha pronunciado la SCJN sobre la inconstitucionalidad de su mamotreto llamado Plan B.
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