El presidente puso al Ejército a la orden de su hijo para que acudieran al hospital militar para que le consiguieran el Remdesivir y se lo aplicaran. Vale mencionar que en el 2021 el Remdesivir no sólo era un medicamento costoso, 40 mil pesos, sino que además no estaba aprobado por la Cofepris.
Pues pasando por alto todas esas precauciones, el presidente ordenó que, a su retoño consentido, el de la “Casa Gris” en Houston, le aplicaran el medicamento. Un privilegio que miles de mexicanos no tuvieron y que por lo mismo murieron en sus casas. Y todavía el presidente se atreve a decir que «ya no hay privilegios», que él no es como los otros. ¡Farsante!