No se necesita ser un sesudo especialista en lides electorales, tan sólo basta un poco de información y sentido común para saber que se avecina un fuerte golpe al Plan B, que con tanto empeño ha defendido el Ejecutivo federal. Al menos entre los senadores de Morena, principales defensores de tremendo mamotreto electoral, existen un ambiente de pesimismo. Existe la certeza de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación pondrá fin a las pretensiones del presidente de reformar al INE.
Lo cierto es que, con la segunda marcha en defensa del INE, han surgido suspicacias y dudas dentro de los propios senadores morenistas, algunos consideran que fue un error de cálculo por parte del presidente el haber propuesto una reforma electoral en la antesala de dos elecciones muy importantes, como son la del Estado de México y la del estado de Coahuila.
No hay que olvidar que fueron seis leyes las que resultaron modificadas con el paquete electoral y, al menos dos de ellas, ya fueron impugnadas, y los cuatro restantes están incluidas en el Plan B, cuyo decreto se espera se publique a la brevedad para iniciar el desahogo de las controversias. Y es precisamente ahí, en este tramo del proceso donde el presidente se topará contar la pared. Y todo por, querer salirse con la suya.
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